viernes, 25 de marzo de 2011

Chocolate, menta, sal y ... el secreto de las piedras.

" No hagas todo lo que puedes porque el que hace todo lo que puede... hace lo que no debe "

Perdona Vida, a lo mejor llevo mucho tiempo confiando en que extinguirás el sabor del chocolate con menta y sal pero realmente estoy convencida de que te gusta ese sabor para muchos seres humanos de este mundo (o de otro).

¿No va siendo hora de cambiar de gustos culinarios? se nos revuelve el estómago cada vez que nuestro paladar (y corazón) experimentan esta curiosa mezcla de sabores con orígen del mundo interior y exterior de las calabazas naranjas del día a día, las que nos encontramos de vez en cuando, que a veces nos caen sin darnos cuenta en la cabeza o en el pecho y que para esquivarlas hay que tener los reflejos de una piedra, una piedra que es sabia porque es intalterable. Ellas duermen tranquilas...
Inalterables... inalterables... sueñan siempre lo que quieren pero ahí están, quietas y expectantes ante cualquier suceso; les llueven pero ellas no lloran; las tiran pero ellas no se suelen romper; tampoco tienen el gusto de saber a que sabe nuestro sabor favorito, sino que se conforman con el suyo: el sabor desconocido.

Desconoce por un momento todo lo que sientas en el paladar de tu corazón, calma tus papilas gustativas y aplica el secreto de las piedras que todo lo dicen. Sólo basta con mirar y también mirando, puede que tengas respuesta...

Vida, duerme y vuelve a nacer: traenos más sabores, aquellos que sabían a alma. Cierra tu comercio de chocolate, menta, sal... porque... nos matan... lentamente...

Dulces sueños